Y así fueron pasando los días, sumando viajes diarios a un hospital, semanales a otro...Sumando ciclos y restando cancer. Cada día una sesión de radioterapia, cada semana una quimio; un viaje al hospital, un ticket de aparcamiento, un rato en la sala de espera, y de vuelta a casa; unos día temprano, otros no tanto. Cada día, cada ciclo era una pequeña batalla ganada, una victoria frente al tumor y frente al temor, un paso más hacia la curación, hacia el final del túnel. Una bocanada de aire fresco.
Cada kilómetro recorrido en carretera, cada minuto de espera en una sala de hospital, nos ponían más cerca del final.
En ese camino, arrastrábamos las secuelas inevitables, las heridas de cada batalla, de cada día; las náuseas y el vómito, el malestar contínuo, el sueño, las mucosas -todas- irritadas, el pelo que se vuelve ralo y sin vida, el dolor de huesos, y el cansancio y la desgana que intentan siempre hacerse un hueco e instalarse en tu vida...
Pero a pesar de todo, notas cómo mejora, se acaban los sangrados, remite el dolor antes siempre presente, y sientes que cada día, ganas algo, aunque entregues algo a cambio. Sientes que intercambias vida por cada náusea, por cada hueso que duele, por cada quemadura en la piel, por cada kilómetro, por cada gota de quimio que entra en tu cuerpo...
Y de pronto, un día, llegas a la sala y te dicen que hoy es tu última sesión de radio, que has terminado...que ya pasas a las revisiones...no más viajes diarios, no más salas de espera cada día. Tú ya lo sabías, cómo ibas a olvidarte si tachas todos los días en el calendario cada sesión, cada rayo que te dan, cada analítica y cada suero, cada ticket el parking... Pero hoy... hoy te toca a tí despedirte de los demás, de los que quedan esperando, de los que siguen sumando y restando...Hoy la cara alegre y triunfal es la tuya. Ya estás por fin en otro nivel.
Ahora, otra incertidumbre...comprobar cómo de efectivo ha sido el tratamiento. Pero eso será otro día...por delante, varias semanas de vacaciones, de descanso, de no más viajes ni esperas, de tener todo una eternidad de tiempo por delante para tí y los tuyos. Sólo unas semanas, pero eternas...
domingo, 8 de junio de 2008
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